Dices que estamos proscritos,
amantes en abstinencia,
de un amor sin desinencia.
Que soñamos con el grito,
Que soñamos con el grito,
que se ahoga en nuestras manos,
de una entrega reprimida.
Que estamos en otra vida,
como quien lleva otro traje,
de un sastre malavenido,
que nos cosió este desastre
que nunca hubieras pedido.
Pero que siendo marido,
por convicciones ajenas,
¿quién imagina la pena
en la que hemos incurrido?
Pero que, en definitiva,
entre platos escurridos,
en tu casa y no en la mía,
se nos perdió la alegría
de encontrarnos aquel día
sumidos en el deseo
de las malas intenciones
y con daños a terceros.
A veces es lo que queda... no? Deseos y "malas intenciones"... Eso sí, sienta siempre más cómo llevar le traje de uno mismo... el resto no quedan bien, o muy anchos... o muy estrechos.
ResponderEliminarp.d.: insisto, me gustaría saber dónde fabricas tus horas para llegar a tanto/ossss
Jajaja el trabajo es armar la estructura de todo pero, una vez que esta hecha, solo es meter contenido. Si te refieres a cuando escribo... En cualquier momento y lugar me inspiro. Un beso
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