Dile a tus ojos que no escuchen.
Que nuestro amor se sabe todas las verdades de memoria,
aunque no las diga.
Me cambiarás por otra cuando envejezca.
No digas que no, sé que lo harás,
es irremediable,
porque yo ya no seré la misma.
Pero ahora, por favor, no me lluevas tarde
que contigo quiero
desvestirme con urgencia
y vestirme sin prisas.
Nos haremos el amor
como en los viejos tiempos,
el lugar al que regresa
cada nuevo deseo de amarnos.
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