¿Qué será de esos dos que uno son a pesar de los des(a)tinos?
Fuiste el Cyrano de un tirano que me arrancó de tu lado...
Y en la sala César Tiempo se nos paró el reloj.
No sé como esperarte, en la penumbra de un tiempo vivo que parecía muerto.
Vení, quitame el antifaz que no me dejaba verte.
Hoy me visto de papusa porque hacen falta dos para bailar este tango...
***
Hablar de vos es hablar del barrio, del tango, de Walt Whitman y de mí...
Para mi sos el mate, el Tortoni, una esquina de encuentros doblada a destiempo...
Sos mis diecisiete, una lágrima adoleciendo sobre un vestido negro...
Sos el sentido de mi pelo negro alargándose hacia tus manos...
Sos los poemas callados, los besos atragantados, las miradas robadas a los bullicios que tan ajenos nos eran...
Sos el que vio a mis amores desde afuera y con la llave en la mano...
Sos los ojos que me saben de memoria y el custodio de mis debilidades...
Sos el bastión al que se aferran mis sonrisas cuando miran para atrás, el mojón para saberme el camino de regreso...
Sos las noches por la radio, el café y los escritos en mi diario.
Sos el Ulises que no sabe medir el tiempo pero sí, a dónde va.
Sos el que se perdió entre los pliegues de una falda que no le tocó levantar.
Sos el bandoneón que suena cuando mi corazón te late.
Sos Buenos Aires, los plátanos dando sombra en verano, la cigarra arrullando la siesta...
Sos la Avenida de Mayo en pleno abril...
Sos Corrientes y la 9 de Julio en un beso con olor a libro antiguo.
Sos un tango de Barracas, el Docke o Puente Alsina...
Sos un riachuelo imaginándose a la luna para mí...
Sos el laberinto empedrado camino del arrabal...
Sos las horas perdidas en la brisa de las noches de los barrios del sur...
Sos el café enfriándose entre palabras que, queriendo gritar amor, no lo nombran... y hay un mozo queriendo ser compinche de franeleos bajo la mesa...
Sos el humo chocando contra el ala de tu sombrero persiguiendo las notas de Piazzola.
Sos mi taura, mi gavión, mi compadrito...
Un amarguito compartido entre versos que escribimos para los dos...
Sos el Leteo para mis penas...
Sos el jazmín en la ventana de un amanecer de sábanas revueltas.
Sos un SOS desesperado al somos...
Sos el Gallo para esta Loba malherida dispuesta a salir de su guarida a la hora de tu canto...
Soy la Eva de la memoria de tus costillas.
Parecemos dos mareados en este cambalache de emociones.
Tengo la piel afinada para la melodía de tus manos...
Desandaremos los años para volver a caminarlos juntos...
La foto es de Mariano Ramos Mejía: Avenida de Mayo, Buenos Aires.
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